Cuando suben las temperaturas en los termómetros, los colectivos más vulnerables tienen mayor riesgo de padecer problemas como los temidos golpes de calor. La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha querido recordar que los bebés, sobre todo los menores de un año, son más sensibles a padecer los daños que pueden provocar los golpes de calor, por lo que hacen un llamamiento para extremar las precauciones.
Un golpe de calor se produce por un aumento brusco de la temperatura corporal debido a un elevado calor ambiental. Las situaciones de calor y humedad aumentan el riesgo de que se produzca.
Síntomas de un golpe de calor
Los síntomas de los golpes de calor suelen ser vómitos, confusión, sueño, sensación de mareo, debilidad...si no se presta atención a los síntomas y se reacciona rápido, el golpe de calor puede ocasionar problemas mucho más graves, pudiendo llegar a provocar un fallo multiorgánico. En el caso de los bebés, como no pueden expresar su malestar, desde la AEP advierten que hay que prestar especial atención a su comportamiento y, en el caso de sospechar que el niño puede estar sufriendo un golpe de calor, es necesario tumbar al pequeño en un lugar fresco y bien ventilado, sin ropa o solo dejando ropa holgada y fresca, poner compresas de agua fría, darle agua en el caso de que esté consciente y acudir lo antes posible al médico para que valore la situación.
Cómo evitar golpes de calor:
Una máxima que siempre vale: no abrigues al bebé más de lo que te abrigarías tú.
El niño pequeño siente la temperatura igual que el adulto. Si en verano la madre está acalorada, el bebé también lo está. No es buena idea abrigarle por si acaso: el exceso de calor puede provocar sudamina, una erupción de la piel que se produce por la obstrucción de las glándulas sudoríparas o, en el peor de los casos, un golpe de calor.
En el recién nacido podemos notar las manos y los pies fríos, pero eso no indica que esté destemplado; por el contrario, la sudoración en el cuello o la cabeza es un signo de que tiene calor.
Si moja la ropa, hay que cambiarle (conviene llevar siempre una muda de repuesto). Eso sí, por la noche debe dormir tapado al menos con la sábana.