Teniendo en cuenta este contexto, ¿cuáles son las ventajas de estar embarazada en otoño?
1- El sol: En esta época del año la radiación solar es menos intensa. Así, las mujeres embarazadas corren un menor riesgo de tener manchas en la piel por culpa de la exposición solar.
2- Hinchazones: Durante el embarazo se sufre de algo muy molesto: la hinchazón de las extremidades. Es algo que, con las altas temperaturas, se sufre con mayor intensidad. Durante esta época más fresca, en cambio, no sucede de la misma manera ni con la misma intensidad.
3- Frío: Quedarse embarazada en otoño significa empezar a lucir barriguita en pleno invierno. Con el aumento progresivo de peso y los cambios hormonales que experimenta el cuerpo, es posible que no tengas tanto frío como cabría esperar. Así, puede que no necesites usar ropa de abrigo tan prematuramente como sería habitual.
4- Vida social: En esta época del año, también es más fácil poder salir a pasear y a disfrutar del tiempo libre en compañía de amigos y familiares. Todo ello, sin tener que esperar a que el sol se haya puesto para gozar de una mejor temperatura, como ocurre en verano.
5- Dar a luz en verano: Es sin duda la mejor ventaja de todas. Dar a luz a inicios de verano significa no sufrir las fuertes temperaturas ni las olas de calor con un embarazo avanzado, que puede llegar a ser algo incómodo. Así, la futura madre puede descansar, conciliar bien el sueño y sentirse más a gusto consigo misma. Además, es posible que coincida con las vacaciones de familiares y vacaciones escolares. Así, las madres estarán más acompañadas durantes los primeros meses de vida del recién nacido.